Desde hace algún tiempo, han ido apareciendo un cumulo de
bandas, cuya inspiración en su sonido y puesta en escena se encuentre
fuertemente inspirada en las características únicas de las bandas clásicas del
Rock. A partir de esta primicia, solo algunas, han podido ir construyendo y
abriendo nuevos caminos melódicos y sonoros para su inspiración, llevando sus
composiciones al próximo nivel. Sin embargo, hay otras que solamente han tomado
la formula probada y han procedido a explotarla hasta el punto de decir basta.
En este contexto, durante el año 2003, surge Airbourne,
banda fundada por los hermanos O'Keeffe, la cual está fuertemente inspirada en
los sonidos de AC/DC. Muchas son las similitudes con los hermanos Young, ya
que, en esta banda, nuevamente, tenemos una dupla de hermanos, Joel y Ryan, quienes
desempeñan los roles de voz y guitarra para Joel y batería para Ryan. Además,
ambas bandas fueron fundadas en Australia y, en ambas, son los hermanos los
principales compositores.
El sonido característico de Airbourne funciona como una
extensión del sonido de AC/DC, por tanto, se debe entender que la banda plantea
melodías y métricas similares a las explotadas por los hermanos Young, aunque se
debe reconocer su esfuerzo por llevar sus composiciones a otro nivel, vislumbrándose
de sobremanera en discos como Runnin´ Wild y No Guts. No Glory.
El disco abre con la enérgica Boneshaker, la cual con
un aire fuertemente inspirado en T.N.T., se mueve por un ritmo bastante
entretenido y explosivo, respaldado en coros y dobles voces que acompañan la interpretación
desgarradora y a todo pulmón de O´Keeffe.
Con una intro bastante cañera, la cual desemboca en unos versos
agresivos mantenidos en una rítmica de acordes continuos y constantes, se nos presenta
Burnout The Nitro. La canción es probablemente la mezcla perfecta entre Shoot
To Thrill y Fire Your Guns.
Con un ritmo más cortante y monótono que sus antecesoras, se
nos muestra This is Our City, la cual se mueve por sonoridades son
efectivas en el oyente a través de un coro en donde abundan las voces
desgarradoras y potentes, las segundas voces y la sensación de multitud.
El sonido más vintage, que rememora a los primeros discos de
AC/DC, se nos muestra con Sex to Go, el que tiene todo lo que se puede
esperar de Airbourne, un ritmo constante y ganchero, un coro con dobles voces entretenido,
un solo de guitarra de gran factura y un final adecuado.
Con un inicio un tanto más lento, al cual de a poco se van
incorporando las guitarras y el resto de los instrumentos, se muestra con Backseat
Boogie, canción que de a poco agarra fuerza y explota en todo su esplendor.
Cercano a la mitad de su duración, el tema baja su intensidad hasta que explota
en un desgarrador y se apoya en el coro nuevamente para dar termino.
Por un comienzo cortante y la voz hablada de Ryan O´Keller
se desenvuelve Blood in the Water, quien se mueve nuevamente por un coro
ganchero, cargado de rock cañero y directo a la vena.
Con She Gives Me Hell, marcado fuertemente por la batería
de Ryan O´ Keeffe, se nos muestra un tema que es más de lo mismo que nos tiene
acostumbrados la banda, moviéndose por un coro correcto y oreja con las voces
agresivas a todo pulmón y los coros doble del resto de la banda.
Un ritmo frenético y acelerado, inspirados fuertemente por
el rock and roll más clásico, se hace presente durante la duración de Switchblade
Angel, mostrando una canción sumamente bailable y disfrutable, que, si bien
tiene todos los elementos clásicos de la banda, representa, en parte, un ritmo
novedoso y constante.
Con un ritmo más lento y heavy metal, en el que se aprecian unas
voces presuntamente militares en su inicio, se plantea Weapon of War, el
cual debe ser el tema mas monótono y aburrido del disco, principalmente, por su
carácter mesurado y tranquilo en comparación a sus antecesoras.
Tan frenética y efervescente como muchas de sus antecesoras,
se nos muestra Rock and Roll for Life, la cual funciona como una canción
directa a la vena y que no se guarda muchos códigos, ya que es directa y breve
en su duración y ejecución, comandada por la voz y guitarra de O´ Keeffe.
Siendo ya el quinto trabajo discográfico de los
australianos, se hace notar que la formula o chispa se han empezado a desgastar
y la banda está cayendo en el autoplagio de cosas realizadas en el pasado, ya
que el disco, si bien es correcto y parejo, no muestra algo nuevo o novedoso
como se plantearía en los primeros álbumes de la banda. Para aquel fanático del
sonido de AC/DC, este trabajo le va a gustar bastante y encontrara mucha entretención
y disfrute en su escucha. Para aquel rockero que busca una banda con un sonido
novedoso e innovador, en base a un sonido antiguo o vintaje, definitivamente,
se sentirá decepcionado y aburrido a ratos. De todas formas, se debe agradecer
que bandas así mantengan vivo el sonido y legado de bandas clásicas e icónicas del
Rock, con lo cual generan la renovación necesaria de los sonidos que nos
acompañan de hace años.
“I wanna see you're crazy inside
So let's Rock'N'Roll…”