Cacophony es una banda de metal neoclásico, cuya
formación y desarrollo se encuentra ligada a la estrecha amistad de los
guitarristas Marty Friedman y Jason Becker.
Que decir de Marty Friedman que ya no se sepa: es,
probablemente, el guitarrista más talentoso y virtuoso que ha pasado por la
banda Megadeth, quien fue clave en el sonido y la grabación de los discos más
populares de la banda, además es considerado como uno de los mejores
guitarristas de metal a nivel mundial, el cual, hoy en día, se encuentra radicado
en Japón desarrollando su extensa carrera solista y programas de televisión
musicales.
Respecto de Jason Becker el panorama es más inhóspito, quien
fuese un estudioso de la guitarra y quien a su corta edad era admirado por su
rapidez y virtuosismo al tocar, seria prontamente diagnosticado con esclerosis
lateral amiotrófica, una afección que va degenerando los huesos y músculos de
forma progresiva hasta que el paciente pierde su vida. Además, fue parte de la
banda de David Lee Roth y reemplazo en dicha banda a Steve Vai, sin embargo,
solo pudo grabar un disco con el mismo hasta que apareció la enfermedad con la
que tiene que lidiar hasta hoy, ya que, si bien su probabilidad de vida, cuando
fuera diagnosticado sería de 3 a 5 años, ha sabido sobreponerse hasta el
presente grabando una gran cantidad de discos a través de un sistema adaptado
para una persona postrada e imposibilitada de tocar con sus limitaciones
físicas.
Esta estrecha amistad los llevo durante el año 1987 a
componer su primer disco como Cacophony, Speed Metal Symphony, el cual
contaría con la voz de Peter Marrino y la batería de Atma Anur. Este concepto de discos neoclásicos que
combinaban canciones cantadas e instrumentales, sería la premisa realizada por
guitarristas neoclásicos de la época cuya influencia seria Yngwie Malmsteen y
su trabajo en solitario. Lo anterior, haría necesario la inclusión de un
bajista a la banda, puesto que sería ocupado por Jimmy O´Shea, además de la incorporación
de un excelso baterista como Deen Castronovo, para lo que sería su próximo trabajo,
Go Off!.
Con unas voces distantes y space comienza X-Ray Eyes, la
cual tiene un riff asesino bastante ligado al heavy metal hasta que comienza su
galope en la voz de Marrino a través de los versos, los cuales finalizan con
una sección cortante que vuelve a rememorar el riff asesino del principio. En
su sección intermedia, podemos escuchar los solos con influencias japonesas de
Friedman y el virtuosismo con esos staccatos característicos de Becker,
los cuales poco a poco se van fusionando por una gran cantidad de ritmos y
sonoridades. El tema retoma a sus estrofas cantadas y se asemeja mucho a Savage
de su primer trabajo, sin embargo, suena como un tema aburrido y monótono en
sus secciones cantadas, dejando de lado el virtuosismo y calidad guitarrera.
La calma nos llega con E.S.P. que muestra una muestra de
templanza y calidad en unas guitarras acústicas hasta dar lugar a los
correspondientes solos. Sin embargo, esta calma dura poco, ya que aparece un
riff amenazador y agresivo que rompe la paz y nos muestra nuevamente a un
Marrino abusando de los agudos y mostrando su garra vocal en los versos y el
coro de la canción. En esta ocasión, los solos suenan sin lógica palpable, lo
cual los hace poco disfrutables y relevantes.
Un riff agresivo de entrada nos llega de golpe con Stranger,
el cual da lugar a una combinación de solos que se cohesionan en perfecta
simetria. Nuevamente, y al igual que sus antecesoras, nos encontramos con un
tema heavy metal en el cual se abusa de las voces y coros agudos, teniendo una
sección rítmica violenta y fuerte que se mueve en función de Friedman y Becker.
Sin embargo, los solos son bastante interesantes y muestran ese virtuosismo que
no suena forzado o soberbio.
El primer destacado del disco nos llega con el homónimo e
instrumental, Go Off!, comienza
con una polifonía de fraseos en las guitarras de Marty y Jason, que se
entrelazan y se duplican a medida que avanza la canción. Luego de esto, nos
encontramos con un riff speed y heavy bastante agresivo y seco hasta llegar a
una polifonía de sweep picking en las guitarras que decanta en un ritmo
acelerado y de marcha en que el virtuosismo se va fusionando de manera
excelente. Para la mitad tenemos una sección más lenta, en la que la influencia
nipona se hace presente en las guitarras, más preferentemente de Friedman, y
esos sweep picking y sweep tapping de Becker. Castronovo se luce
en las baterías siguiéndole el ritmo a estos monstruos y entregando buenos
pasajes sonoros para sus intervenciones. El final se mueve entre tremolo
y sustain ambientales.
El tema más extenso
del trabajo nos llega con Black Cat, la cual abre con un sonido de agua
corriendo, la que inspira tranquilidad, sin embargo, los redobles hechos por la
parte rítmica le agregan tensión y rompen la serenidad existente. El rugido de
un tigre marca el inicio de un fraseo en la guitarra que da lugar a los armónicos,
tanto en el bajo como en la guitarra, hasta la intervención de la batería para
darle un toque más pesado y sinfónico a través de las sonoridades orientales
que se reafirman con los solos e intervenciones del dueto Friedman-Becker. La
calma se rompe nuevamente con la intervención de la voz de Marino, quien se
mueve en un riff monótono y plano hasta la llegada del coro donde nos
encontramos con las voces agudas y rasposas. Nuevamente, la sección intermedia
nos vuelve a posicionar en diferentes lugares con su combinación de cambios de
ritmo y solos virtuosos. Mención honrosa para ese final exquisito y calmo a través
de las guitarras acústicas y esos sonidos tratados delicadamente.
Con un redoble de
tambores nos sumergimos en un riff asesino y speed, el cual se transforma en melodías
desenfrenadas cargadas de tapping y sweep tapping. La intervención
de O’Shea en el bajo da inicio a Sword of the Warrior con un riff y
ritmo acelerado que se mueve destruyendo todo a su paso con la voz aguda de
Marino hasta decantar en un coro apoyado por las segundas voces. La canción en cuestión
tiene un ritmo bastante speed y trash metal, cuyos solos de su sección intermedia
son bastante atractivos, sugerentes y dinámicos.
Floating World
es el tema más comercial y disfrutable de las composiciones cantadas del álbum.
Comienza con la simetría de las guitarras duplicadas que se fusionan hasta
culminar en una sección arpegiada calma. Después de esto, esta sección se
mantiene a través de la voz de Marino hasta ir avanzando por un riff heavy y
potente. De esta manera se mueve por sus versos, intercalando las partes, hasta
la llegada del coro que es comercial y coreable. En su sección intermedia, se
produce el quiebre correspondiente que da lugar a los clásicos solos de la
banda.
Para culminar nos
encontramos con Images, la cual tiene una notoria y evidente influencia
de la cultura japonesa en su comienzo a través de esos fraseos muteados, los
cuales dan paso a melodías acústicas que le dan un toque sereno y calmo al
ambiente de la canción. Entre estas sonoridades niponas y acústicas, se van
metiendo tanto Friedman con Becker a través de una batalla de solos de
guitarra, los cuales están cargados de escalas y sonidos de la cultura
oriental.
Poco después del
lanzamiento de este trabajo, la banda se separaría para que cada miembro de la
misma tomara su propio rumbo. Jason Becker comenzaría su carrera en solitario a
través de la composición y grabación del disco Perpetual Burn y su
posterior incorporación a la banda de David Lee Roth. Marty Friedman haría lo
propio a través del lanzamiento de su disco Dragon’s Kiss y su posterior
incorporación a la banda Megadeth. El resto tendría participación en diversos
trabajos y bandas ligadas al Rock y Metal. Go Off!, sin superar a su
antecesor, Speed Metal Symphony, en cuanto a la relevancia y calidad de
sus composiciones, si represento un salto en cuanto a la calidad de la grabación
y producción en estudio, así como de la incorporación de músicos con una mayor
experiencia.
“Don't mess with the Black Cat
If you believe in superstition”
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