lunes, 31 de agosto de 2020

Speed Metal Symphony (1987) - Cacophony - Critica

 


A la temprana edad de 5 años, Jason Becker comenzaría a generar sus primeros acercamientos con la guitarra a través del impulso de su padre y su tío. Fue tal la obsesión de Jason, que se dedico a practicar hasta 10 horas al día para convertirse en el mejor guitarrista de la historia. A través de la deconstrucción de canciones y fraseos de Eric Clapton y Bob Dylan, principalmente, fue creando su amor por el Blues y el Rock hasta conocer a Yngwie Malmsteen, su ídolo en el metal neoclásico.

Como su virtuosismo se fue afianzando con el tiempo, y a través de su paso por diversas bandas, comenzaría a llamar la atención en la escena under de California por su rapidez y destreza en la guitarra. Otro virtuoso guitarrista de aquella época, Marty Friedman, quien ya comenzaba a tener y cimentar una carrera, escucho de los rumores que se hacían acerca de Becker y su manera de tocar.

Al conocerse, la magia y sincronía seria tan grande que formarían prontamente una amistad y una banda, llamada Cacophony, cuyo objetivo era llevar la guitarra como instrumento, fuera del margen de los limites establecidos. Sin embargo, y producto de la mala gestión de la misma, la banda solo lograría grabar dos trabajos y moverse solo en la escena under del speed metal neoclásico, llegando a realizar giras donde la banda no llego a ganar ningún dinero y viviendo penurias producto de lo mismo. Adicionalmente, Marrino nunca convenció a Becker y Friedman como el vocalista que buscaban, a pesar del trabajo del mismo en los álbumes mencionados.

Con un redoble de tambores de Atma Anur, se da comienzo a un riff asesino con Savage, que se va fusionando, a medida que avanza, con los fraseos sweep picking y shredding de Becker y Friedman. Luego de esto, un riff más galopante se encuentra con la voz distante y distorsionada de Marrino, quien, durante la canción, cumple simplemente y no brilla demasiado. Quizás lo más rescatable sea ese coro, que nos invitan a agitar la cabeza a través de su ritmo repetitivo y disfrutable. Sin duda, una idea mejor lograda que lo que sería X Ray Eyes de su predecesor Go Off!

Una muestra de ideas disonantes entre sí, que se muestran a través de la tecnica tapping en la guitarra, y el uso de una batería enfurecida dan forma a Where My Fortune Lies, tema que después toma un ritmo acelerado y frenético al más puro estilo thrash metal de los Metallica del Kill ´Em All. Quizás este tema podría ir perfectamente en el mencionado disco, ya que hasta la voz de Marrino y los instrumentistas se tratan de asemejar al sonido de Hetfield y compañía. Sin embargo, este tema tiene mucha menor calidad de lo que se espera de un thrash metal de los oriundos de San Francisco.

Con The Ninja tenemos uno de los puntos álgidos del disco. A través de un comienzo tranquilo donde las guitarras se complementan en un sentido perfecto, se presenta una guitarra solista con aires asiáticos hasta que todo se vuelve pesado y melancólico a través del fraseo principal. En esta lógica de la guitarra principal, con su correspondiente segunda voz acompañante, se muestra la voz de Marrino quien se mueve a través de un riff pesado y quien irrumpe esta tranquilidad. Las partes instrumentales de la canción son las más significativas y disfrutables, por sobre las vocales, y son estas las que dan sentido. Podríamos decir que The Ninja se asemeja al posterior Black Cat.

Con una guitarra solitaria y distorsionada, se muestra Concerto, tema instrumental que se mueve a través de fraseos shred en su comienzo, combinados con una sección rítmica sólida, que acompaña los fraseos hasta dar un corte. Luego de esto, adquiere un aire folclórico y festivo a través de melodías propias de pueblos escandinavos. La melodía principal se va repitiendo conforme avanza la canción, y con esto se van mostrando los diferentes dotes y solos de Jason y Marty, a través de su clásica competencia guitarrística por ver quien es más creativo y rápido.

Nuevamente, Burn the Ground se mueve por un riff pesado y una guitarra solitaria, que también tiene un carácter bastante thrash estilo Metallica y la verdad es un tema bastante aburrido, ya que los instrumentos van a destiempo y la voz de Marrino suena forzada y saturada. A pesar de que se le trate de dar relevancia al coro, el tema se hunde en un mar de ideas sin sentido.

Con un riff galopante y melodías speed metal se presenta Desert Island, un tema pesado que, con ese cambio de acordes distorsionado, nos muestra un Marrino mucho más inspirado y energético que en temas anteriores. Además de las estrofas, la canción cuenta con una sección intermedia hasta se muestra antes de llegar al tan esperado coro donde Marrino se las canta todas para lograr el resultado esperado por Friedman y Becker, quienes mantienen el ritmo y aparecen poco durante la canción. Cerca de la mitad tiene un cambio de ritmo interesante, a través de ese loop que utilizan las guitarras mientras se van mostrando pequeños fraseos, hasta desencadenar en el solo correspondiente. Un tema entretenido y dinámico a todas luces.

El tema más extenso y homónimo del disco, Speed Metal Symphony, se muestra con unos fraseos distantes hasta llegar a un riff determinante que muestra melodías inspiradas en obras clásicas de música docta o clásica. A medida que aparecen estos fraseos, la batería va haciendo cambios de ritmo y métrica radicales, los que se complementan con los riffs. Una canción instrumental que se mueve por una serie de temáticas y paisajes y presenta todo lo que es Cacophony en sí; una mezcla de melodías en guitarra eléctrica donde los límites, ciertamente, no existen.

Durante la grabación del disco, Marty Friedman, tuvo que improvisar en el bajo, por esto, es que no se menciona, ya que simplemente marca las tónicas y no tiene una gran notoriedad. Definitivamente Speed Metal Symphony es un trabajo mucho mas directo y sincero que Go Off!, que cobra mayor relevancia y sentido en sus secciones instrumentales, más que las cantadas. Si bien la producción de este es mucho menor que la de su sucesor, se siente más fresco y revitalizado en sus escuchas, ya que posee composiciones mucho más inspiradas y creativas.

“I´m on a desert island
In the middle of the sea”


martes, 18 de agosto de 2020

Couldn't Stand the Weather (1984) - Stevie Ray Vaughan - Critica

 


El vínculo entre Epic Records y Stevie Ray Vaughan seguiría cosechando éxitos. Atrás quedo la Fender Stratocaster y se le dio la bienvenida a la Hamilstone SRV, además de otorgarle a las canciones un carácter un tanto más comercial de lo que fue el primer intento, Texas Flood.

En esta oportunidad, tenemos una mayor producción en la grabación y el sonido de SRV, así como su participación y desplante en videos musicales, principalmente en Cold Shot y Couldn't Stand the Weather. En su primer trabajo discográfico, solo tendríamos el video de Love Struck Baby.

El disco comienza con la rápida y virtuosa Scuttle Buttin, la cual muestra el desplante en el mástil y la velocidad en los dedos del propio SRV. Un clásico del instrumental y un desafío para todo guitarrista seguidor de SRV. Una cadencia hipnótica que te atrapa en el primer instante y se mantiene sobre una base rítmica monótona, la cual permite que SRV brille con luces propias.

Los acordes bajo el efecto tremolo característico de Jimmie Vaughan, en conjunto con los fraseos de SRV con ese sonido fuzz y tube screamer, dan forma al tema homónimo del disco, que se mueve por una base bastante Funk con un uñeteo furioso de SRV, que se une con los acordes y aportes relajados de Jimmie. La base rítmica es sólida y resuena a través de los redobles de Layton y los bajos marcados de Shannon, quienes funcionan como complemento perfecto para SRV y su hermano. La familia Vaughan está más viva que nunca y vino para quedarse.

La cuota de Slow Blues nos llega con ese acorde aumentado, tocado cuerda por cuerda, que da inicio a The Things That I Used to Do. La voz de Vaughan suena rasposa y cruda como acostumbra utilizar para un blues de estas características, otorgándole una mayor emoción a través del uso del fast strumming. Adicionalmente, la incorporación de Jimmie Vaughan con ese sonido tremolo le otorga una mayor sutileza y sensibilidad a la canción.

La pasión y el fanatismo por Hendrix, así como el uso del pedal Wah Wah Vox, llega con Voodoo Child (Slight Return), la cual no se diferencia mucho de su versión original, ya que Vaughan la toca de manera minuciosa “nota por nota”. Sin embargo, la voz es claramente diferente del original producto que está en la tonalidad de Vaughan, siendo esto, quizás, el mayor atractivo que tenga esta versión. Como mención honrosa destacar la labor de Layton en la batería, quien presenta redobles y cambios de métrica interesantes, los cuales van jugando con los tiempos y volúmenes del tema.

Tin Pan Alley es una canción relajada y derechamente un Slow Blues, que se mueve a través de un sonido monótono en la caja por el que transcurren los fraseos de SRV; conjuntamente con el bajo que le otorga una mayor profundidad. Adicionalmente, representa el tema más extenso del disco, lo que puede convertirse en algo tedioso, ya que la voz de Vaughan también es delicada y somnolienta. Para quienes disfruten del Slow Blues será un verdadero manjar, sin embargo, para quienes les pueda aburrir este tipo de blues, le resultara un viaje al país de los sueños.

El palm mute característico de SRV en ese estilo Shuffle Blues, a través del efecto fuzz potenciado por el tube screamer, se muestra en Cold Shot, el cual presenta una voz tranquila de Vaughan, la cual se mueve por esos acordes cortantes y secos que le van dando forma y corte en la métrica. Una canción que sigue el patrón clásico de un blues de 12 compases, pero que tiene un carácter personal y único a través del sonido Vaughan.

Un turn around clásico de SRV y el redoble de tambores de Layton, marcan el comienzo en la voz de Vaughan con esos cortes en la batería y el bajo marcado de Shannon. Después de estos cortes cantados, se mueve a través de un ritmo Shuffle conocido y nos muestra solos bastante similares a Pride and Joy o I’m Cryin de su anterior trabajo. Sin ser una canción aburrida o tediosa, muestra poca originalidad en el texano.

El solo de batería del invitado Fran Christina marca el comienzo de Stang's Swang. En esta ocasión, tenemos un Vaughan que muestra melodías y acordes basados en el Jazz. A lo anterior, lo acompaña el swing de Christina, las melodías del saxofón del invitado Harrison y Shannon tocando el contrabajo. Si bien suena como una canción poco concordante con el resto del disco, se trata de un experimento instrumental de SRV por probar y tocar otros estilos saliendo de su zona de confort.

Como mencionamos en un párrafo anterior, este trabajo representa un avance y progreso en la producción y composición de SRV. Si bien no tiene tantas canciones emblemáticas como su debut, muestra a un Vaughan que se atreve para adaptarse y hacer propio otros estilos de música que no representan su zona de comodidad. Además, se atrevió a incorporar nuevos instrumentos y elementos en sus composiciones y experiencia en el estudio.

“Like a train that stops at every station,
We all deal with trials and tribulations”


viernes, 7 de agosto de 2020

Ahi Viene La Locomotora (2018) - Tren de Medianoche - Reseña



Una joven banda de Blues de la comuna de Estación Central, se formaría durante el año 2017, tomando el nombre de Tren de Medianoche, este, inspirado, en el tren de carga que pasa frecuentemente por la comuna durante las noches, grabaría su primer trabajo en el año 2018.

Haciendo un poco de memoria, durante el año 2015, en algún bar de la calle Santa Isabel, en Santiago de Chile, y a través de la invitación de Oliver Moreira, por aquel entonces armonicista y vocalista de la banda El Rugido, se convocaría a Manuel Mercado, por aquel entonces vocalista y guitarrista de la banda Los Camaleones, Jose Antil y Ricardo Mizraji, por aquel entonces armonicistas y coristas de la banda Cresta de Gallina.

Bajo este contexto, se reunirían las tres bandas a través de una tocata comunitaria en dicho local, en donde al compartir de forma previa a la presentación, se generaría una química y magia musical. Desde ahí en adelante, se comenzarían a reunir, en base a su amistad, para compartir y disfrutar de la música que más les gustaba, El Blues.

Mucho tiempo paso, hasta que, durante el año 2017, Jose buscaría incluir a la banda, cuyo nombre aun no estaba definido, en el cartel de la celebración del Dia Internacional del Blues, en donde participarían reconocidos exponentes del estilo y bandas emergentes a nivel nacional. Tomando el nombre mencionado, procedieron a constituirse como una banda estable con roles definidos, quedando Manuel como vocalista y guitarrista, Jose como guitarrista y corista y Ricardo como armonicista y corista. Una vez realizada esta intervención, la banda comenzaría a tocar frecuentemente en diversos bares y locales de Santiago, hasta el año 2018.

Manuel desde hace un tiempo les venia mostrando composiciones originales al resto de la banda, las cuales, poco a poco, se fueron transformando en las canciones de la misma, por ende, y, principalmente como un deseo de Jose, era necesario grabar estas canciones para la posteridad de manera profesional.

Fue como durante dicho año, que llegaron a Audio Custom Estudio, reconocido estudio de grabación de bandas de Metal y música extrema, a cargo de Sebastián Puente, guitarrista de la banda de Thrash Nuclear, y Christian Olivares, guitarrista de la banda de Death Thrash Lefutray.

Para ambas partes, significaba un gran desafío el proceso de grabación. Por una parte, Christian, quien fuera productor del EP, jamás había trabajado con una banda electroacústica y que menos del estilo Blues; en cambio, para la banda, era un desafío grabar por primera vez en un estudio profesional y adaptarse a las condiciones del mismo.

Un nublado domingo, se grabaría el EP Ahí Viene La Locomotora, donde la banda experimentaría y grabaría en simultaneo, lo cual no estaría exento de problemas. Como el propósito de la banda era sonar lo más fidedigno y real con lo que se presentaba en vivo, se decidió grabar todo en vivo y en simultaneo, lo que implico una gran cantidad de tomas para cada una de las canciones.

Adicionalmente, el proceso de edición fue bastante tedioso, producto de que todo cambio o modificación en la grabación debía ser de manera precisa e imperceptible para el oído, ya que la grabación implico el uso de 3 a 4 micrófonos ambientales más las líneas directas de los instrumentos.

El EP comienza con Mientras Mi Corazón, canción que comienza con una intro, la cual se pretendía dejar como una introducción separada, bastante folk, a través del arpegio en la guitarra de Manuel, lo cual decanta en un curioso Shuffle Blues, el cual tiende a mezclar tantos acordes mayores, menores y semi disminuidos con una letra acerca del amor no correspondido y sufrido. A lo anterior, se le suman los solos y fraseos de la guitarra de Jose y armónica de Ricardo.

Con una letra más melancólica que su antecesora se proyecta en la voz de Manuel Solo Debes Sonreír, donde tanto Manuel como Jose, presentan arpegios en la guitarra apoyados por los fraseos de la armónica de Ricardo. Luego de esto, se produce un corte y la canción toma un aire acelerado y festivo a través de un ritmo Folk Country; cuyo tema central habla acerca de enfrentar y sobrellevar los problemas y vicisitudes de la vida.

Uno de los clásicos de la banda, se presenta con Estación Central, un tema bastante significativo que habla acerca de una aventura o historia de amor a través de un viaje en tren, una forma directa de referenciar y homenajear a su comuna. Adicionalmente, tiene un ritmo Blues, pero más suave y mesurado, donde Ricardo luce con creces a través de un solo virtuoso en la armónica.

Un Blues bastante clásico y standard es Perro Callejero, canción que sigue la estructura I-IV-V a través de 12 compases, aunque presenta ciertos cortes que lo hacen interesante y le dan una identidad propia. Además, es una canción donde Jose muestra sus dotes en la armónica a través de fraseos y un directo solo; y Ricardo muestra su rítmica y fraseos en el teclado.

Para la versión de la plataforma Youtube, se encuentra otro Shuffle Blues, con cadencias descendentes, llamado Cuando Me Vaya, cuya consideración de la banda en el EP quedo relegada a bonus track, ya que la grabación de la misma no llenaría sus expectativas.

Luego de la grabación y edición del EP en los estudios mencionados, sería el turno de tomar la fotografía oficial, a través de la fotógrafa Ignacia Águila, quien realizaría la sesión correspondiente en el Museo Ferroviario Quinta Normal. La icónica foto de la portada, representa una suerte de analogía en donde la banda deja en claro que el tren está en movimiento y nadie puede detenerlo.

“Y nos marchamos en un tren
Nos olvidamos del ayer”