jueves, 31 de diciembre de 2020

Perpetual Burn (1988) - Jason Becker - Critica

 


La relación entre Shrapnel Records y Jason Becker no se limitaría solo a su etapa compositiva en la banda Cacophony, donde compartiría filas con uno de sus mejores amigos, Marty Friedman, ya que, al término de la misma, producto de la mala gestión, serian ambos guitarristas quienes tomarían caminos en solitario bajo la tutela de Mike Varney, fundador y productor del sello.

El camino solitario iniciado por Becker a través de Perpetual Burn, contaría con la ayuda y colaboración de muchos amigos suyos de Cacophony; teniendo en sus filas al baterista Atma Anur y al guitarrista Marty Friedman, quien además participaría como co-productor del disco.

Asimismo, el primer trabajo solitario de Marty Friedman, Dragon’s Kiss, también editado por Shrapnel Records, también contaría con la participación de Becker, quien actuaria como compositor y guitarra invitada en el mismo.

Con la entrada de unos sintetizadores ambientales, más unos leves toques en la guitarra eléctrica, inicia la mejor canción del disco, Altitudes. Luego de esto, y con los sintetizadores sonando de fondo, se proyecta una guitarra eléctrica solitaria, a través de unos fraseos sufridos y agónicos, que nos muestran a un Jason inspiradísimo y sentimental hasta dar paso a una sección limpia, en donde se aprecia el uso de dos guitarras que se complementan de manera perfecta. Una bajada rápida da inicio a uno de los fraseos sweep picking más bellos que se pueden haber inventado en el metal neoclásico. Después, decantamos en escalas y frases tocadas a través de la técnica shred para entrar a una sección un tanto más tranquila a través del uso de la técnica del staccato y tapping. Para concluir, tenemos una lluvia de virtuosismo a través de unos cambios de ritmo interesantes en la batería.

Evocando a su época más Cacophony, nos llega Perpetual Burn, a través de una bajada rápida en la guitarra de Becker, a la que se suma rápidamente una segunda voz octavada, clásico del sonido de la dupla Becker-Friedman. Lo que hace a esta canción tan interesante, son sus cambios de ritmo y melodías, los cuales surgen de manera espontánea y constante. Las cuotas de virtuosismo están aseguradas, sin embargo, sus cambios particulares la hacen ser una canción dinámica y atractiva de escuchar. La labor de Atma Amur en la batería, juega un rol fundamental en el desarrollo de la canción.

Algo más desordenada que su antecesora aparece Mabel's Fatal Fable, la cual comienza con unas melodías disonantes a través del uso de la distorsión y el tremolo, para entregarnos otra canción al estilo Becker-Friedman, sin embargo, en esta oportunidad, parece que el virtuosismo se encuentra mal organizado y realizado. Aunque debemos destacar, la sección heavy metal que comienza a surgir a partir del minuto 1:09, donde nos podemos deleitar con fraseos neoclásicos en toda su línea bajo el virtuosismo característico de Becker. Después de esta sección, nos volvemos a sumergir en una canción experimental y desordenada.

Otra de las grandes canciones del disco, es Air, la cual, al igual que Altitudes, comienza con el uso de sintetizadores ambientales, sin embargo, acá nos encontramos con una guitarra limpia que va fraseando sobre los acordes de los teclados. Un corte seco da comienzo a una sección acústica sumamente barroca y que nos hace viajar en el tiempo a través de los compositores del siglo XVIII. De a poco se la va incorporando una segunda guitarra, que si bien esta electrificada, suena sumamente cristalina y limpia. Es interesante escuchar a la guitarra solista y notar como quedan silencios en esta, los cuales son rellenados por lo que hace la segunda guitarra, apreciando los juegos de melodías que se van generando y sobreponiendo uno con otro.

Dicen que otra cosa es con la ayuda de los amigos, y para Temple of the Absurd, tenemos la primera colaboración de Marty Friedman. Con un comienzo bastante heavy metal a través de fraseos pesados, nos movemos por el virtuosismo característico de estos guitarristas, quienes a través de un ritmo galopante y thrash metal, nos van mostrando duelos entre una guitarra y otra; donde cada cual aporta su dosis de virtuosismo correspondiente. Mas que una canción, funciona como una suerte de presentación de desplante de ambos guitarristas, sin embargo, nos trae al recuerdo al Cacophony más pesado y endemoniado.

Mas dinámica que su antecesora, a través de un riff heavy metal muy al estilo Iron Maiden, se muestra la segunda colaboración de Friedman, Eleven Blue Egyptians, y tal y como su nombre lo indica, esta nos presenta sonoridades clásicas de la cultura egipcia y asiática mediante el uso de fraseos acelerados y bajadas de escala veloces. Al igual que Perpetual Burn, acá también encontramos cambios rítmicos y métricos interesantes y entretenidos.

Un guiño al flamenco y cultura popular nos llega de la mano de Dweller in the Cellar, canción con una marcada presencia de la batería en su comienzo y los leves fraseos de Becker. Lo anterior, se corta en seco a partir del minuto 1:08, ya que a través de un riff pesado vamos descendiendo por una cadencia deprimente, a la cual se le van incorporando paulatinamente solos y redobles de batería. Para el final, tenemos un ritmo acelerado y frenético que va bajando paulatinamente su velocidad hasta fundirse en el silencio. Un corte experimental a todas luces.

Nuevamente, con el uso de los sintetizadores y un fraseo solitario de Jason, el cual se va fundiendo en acordes duraderos, inicia Opus Pocus. En su comienzo, repite el fraseo inicial en dos oportunidades, hasta pasar a un cambio de ritmo agresivo marcado por la batería la que nos lleva a unos fraseos de Becker, los que se funden en una melodía, que se proyecta a través de un ritmo sincopado y progresivo en la batería de Amur; hasta finalizar en un solo Amur y un acorde que se pierde en el tiempo.

Habiendo escuchado gran cantidad de discos de guitarristas neoclásicos, puedo decir que Perpetual Burn debe ser uno de los mejores que he oído, principalmente, porque es un disco dinámico y entretenido, el cual tiene una serie de canciones memorables y licks o frases que cualquier guitarrista quisiera sacar. Sin embargo, debo reconocer que las canciones que tienen uso de los sintetizadores, son las que más quedan grabadas en el oyente, ya que nos traen melodías y ritmos interesantes, los cuales no se ven tan claros en las otras canciones, las que, si bien son de gran factura, nos traen mucho el recuerdo de canciones pasadas de Cacophony.

Este disco marcaría un precedente en la carrera de Jason Becker, quien se integraría por recomendacion a la banda de David Lee Roth para grabar el disco A Little Ain't Enough (1991). Sin embargo, para su segundo trabajo solista Perspective (1996) solo alcanzaría a tocar la mitad de las canciones del disco, producto del avanzado estado de la enfermedad esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

“Jason Becker: Not Dead Yet…”

viernes, 25 de diciembre de 2020

5150 (1986) - Van Halen - Critica

Haciendo zapping por Netflix Latinoamérica, me encontré con la biopic documental de Motley Crue, llamada The Dirt; la cual cuenta a grandes rasgos la historia de una de las bandas más escandalosas del Rock. Sin embargo, en esta oportunidad, me voy a tomar de una de las frases de la película emitida por el personaje de Tommy Lee.

Cuando la banda se encontraba al borde del abismo por las adicciones de sus integrantes, Tommy Lee le mencionaría a Nikki Sixx: “No podemos detenernos por culpa de un integrante (Vince Neil), debemos buscar un nuevo vocalista para poder avanzar como banda ¡A Van Halen le resulto!”; a lo que Sixx bastante molesto le responde: “Ya se que a Van Halen le funcionó!!! siempre me lo repites una y otra vez!!!”. Con esto, tomarían la decisión de expulsar a Vince Neil y llamar a John Corabi.

Cuando David Lee Roth abandonó Van Halen, producto de sus diferencias con los hermanos Van Halen, toda la banda se dio a la tarea de buscar en diversos vocalistas a la próxima voz del conjunto. Eddie Van Halen, en aquel entonces, era fanático de una banda llamada Montrose, cuyo vocalista, era Sammy Hagar, quien ya contaba con una carrera solista; además de la banda mencionada. Fue Eddie, quien propuso el puesto a Sammy, quien no dudaría en aceptar.

Su primer trabajo en conjunto, 5150, numeración del estudio de grabación de Eddie, seria todo un éxito, vendiendo aproximadamente 7,5 millones de copias y logrando ser N° 1, a través de los singles del disco Why Can't This Be Love, Dreams, Summer Nights, entre otros.

Con un claro giño a la voz de David Lee Roth (recordando que en aquel tiempo empezaría una competencia musical entre los Van Halen y Diamond Dave), comienza la voz de Hagar diciendo “Hellooo….Baby” para pasar a un riff pesado y constante en Good Enough. Este ritmo monótono se mantiene durante todos los versos y solo se producen quiebres durante los puentes y coros. Si bien es un tema enérgico de principio a fin, que, durante su duración, va mostrando cambios de ritmo acelerados y ralentizados; siempre en sus versos, se mueve por un ritmo monótono, lo cual puede llegar a aburrir a ratos. Sin embargo, durante los intermedios y coros confluyen una serie de ritmos y melodías en los cuales buscan constantemente parodiar a Lee Roth y su época en la banda. Una sátira efectiva, a la cual le falta un poco más de corazón.

El primer single, Why Can't This Be Love, es todo un temazo de principio a fin. Con un comienzo, basado en las melodías de los sintetizadores de Eddie y la batería solida de Alex, explota la voz de Hagar, la cual ruge a través de los versos y coros, apoyado por los coros de Anthony Michael. Un trabajo en conjunto que funciona como una montaña rusa de emociones, moviéndose por diferentes melodías y armonizaciones. Sabemos que es uno de los temas más comerciales de la banda, pero aun así lo disfrutamos y escuchamos. Estos son los años 80´s y esto es Van Halen!!!

El mejor tema del disco nos llega con la desenfrenada y caótica Get Up, la que comienza con unos riffeos a través del uso excesivo de la distorsión y el tremolo, sin embargo, eso cambia drásticamente y nos conducimos por un riff eufórico, el cual exige a Hagar a dar lo mejor de sí, entregándonos a un Sammy completamente enérgico y exigido en sus agudos. A lo anterior, se debe sumar la batería frenética de Alex y el bajo imperceptible de Michael. Todo transcurre de esta manera, entre el verso y el coro, hasta llegar al minuto 2:44, en donde bajamos súbitamente el ritmo para caer en una melodía de Eddie, quien después se dispara un solo breve, pero lleno de virtuosismo. El final es el típico donde todos tocan lo que quieren y se arma el desmadre.

Con el protagonismo de los sintetizadores, más una guitarra cristalina que apenas se percibe, comienza Dreams, a través de un ritmo galopante y el uso excesivo de los sintetizadores. Eddie es el protagonista absoluto de la canción, a través de su desempeño en los teclados y la guitarra eléctrica que es imperceptible en los versos y los coros, pero que se luce con un solo memorable. Nuevamente, tenemos uno de esos temas comerciales, en que Hagar nos deslumbra con su potente vozarrón, además de un coro sumamente pegadizo y entretenido.

Summer Nights comienza con unos fraseos solitarios en una guitarra con efecto chorus, hasta ir cayendo al riff central, apoyado constantemente por la batería de Alex. En esta ocasión, encontramos a un Hagar mucho mas mesurado y relajado durante sus versos e intermedios. Sin embargo, a pesar de la disposición de Hagar, y el apoyo de Michael en los coros, resulta ser un coro bastante soso y aburrido. Solamente debo destacar la labor de Eddie, quien conduce el tema a través de los riffeos y fraseos de su guitarra eléctrica. Sinceramente, si a Good Enough, le faltaba corazón, a Summer Nights le falta alma y pasión.

Con un riff que nos rememora a los hermanos Young de AC/DC nos llega Best of Both Worlds, la cual es bastante discreta en sus versos para explotar a través de unos coros cargados de potencia y energía rockera. En esta ocasión, tenemos un tema mas rockero en la línea Van Halen, aunque no logra ser brillante y pasa sin pena ni gloria. Al menos, nos deja una sensación un poco mas agradable con respecto a su antecesor, ya que nos demuestran que el Rock no se ha perdido.

La vuelta a los sintetizadores tenia que ser un hecho, y con una extensa intro realizada por Eddie, comienza Love Walks In, canción que posee una base rítmica de batería y bajo bastante notoria. Después de estas sonoridades, poco a poco se va incorporando Hagar, quien, tanto en los versos como en los coros, tiene el apoyo de segundas voces, que, en esta ocasión, son realizadas por todos los miembros del grupo. Es curioso lo que pasa con este tema, ya que la guitarra eléctrica solamente aparece para su solo correspondiente y la sección final, siendo los sintetizadores los protagonistas del tema. Estoy seguro que todos hemos escuchado este tema y no teníamos idea que era de Van Halen. Otro clásico dentro de los temas mas populares y comerciales de la banda.

Un riff más seco y ganchero nos llega de la mano del tema que da nombre al disco, 5150. Este riff se mantiene por un poco mas de un minuto, apoyado por los redobles y cortes en la batería, hasta decantar en una sonoridad mas tranquila y distorsionada, donde la voz de Hagar deambula entre rítmicas tranquilas y otras aceleradas. Esta canción debe ser una de las más experimentales del disco, y nos entrega momentos bastante entretenidos e interesantes y otros bastante monótonos y sin contenido.

Para culminar, y entre la conversación de los miembros de la banda; sumándole un bajo agresivo, una batería monótona y unos ecos en la guitarra, se desenvuelve Inside, la cual es la canción mas extraña del disco. Sinceramente, es una canción a la cual cuesta seguirle el ritmo y el objetivo central, ya que a veces aparece la voz de Hagar sobre un riff monótono, y después cambia a los miembros de la banda conversando, y luego a unos coros estilo Another Bring In The Wall con esos “That's what's coming down on the inside” o gritos tribales de los mismos. Un final particular.

Definitivamente, Van Halen nos demuestra que menos es a veces, es más, ya que, con un total de nueve canciones, lograron generar un gran éxito comercial y un excelente comienzo para la nueva etapa de la banda. Si bien tiene momentos bastante flojos y canciones a las cuales hasta hoy les buscamos un sentido dentro del disco, aun así, tenemos momentos y canciones memorables y que, al día de hoy, a pesar de la partida de Eddie Van Halen, representan verdaderos himnos dentro del catálogo del grupo.

“Ow! Get up and make it work (Make it work)
Get up, get up and make it work”

jueves, 3 de diciembre de 2020

Power Up (2020) - AC/DC - Critica




Ha sido toda una teleserie la que ha vivido AC/DC en el último tiempo. Durante el año 2016, Brian Johnson dejaba la banda por problemas auditivos causados por los años de circo liderando una de las bandas más potentes del Rock y su adicción a los autos de carrera. Además, con la gira que hicieron en aquella época, y con la incorporación temporal de Axl Rose, Cliff Williams, bajista histórico, también diría adiós temporalmente al conjunto de los Young´s.

Por si esto fuera poco, el año 2017, fallecería el co-autor de la gran mayoría de las canciones y pieza fundamental del engranaje, Malcolm Young, quien hace un tiempo venia alejado de la banda producto de una demencia. Si a lo anterior, agregamos los problemas con la justicia de su baterista Phil Rudd, los cuales tuvieron muchos vaivenes a través del tiempo, ponían en duda la continuidad de la banda.

Sin embargo, cuando las cosas funcionan tan bien con ciertas personas, ¿Podemos alejarnos realmente de ellas y comenzar de nuevo con caras nuevas? En el caso de AC/DC ya no aplica producto de los años de carrera con una determinada formación. Así fue como, la amistad y amor por la música, hicieron que Brian Johnson mejorara y volviera a la banda, Cliff Williams decantara de su decisión de retiro, Phil Rudd resolviera sus problemas legales, pudiendo volver a la banda, y el sobrino de los Young’s tomara las riendas de su tío Malcolm en la guitarra rítmica.

Fue así como antes de la pandemia del COVID 19, se veía a los miembros de la banda reunirse para ensayar, y se veía venir que algo se estaba cocinando en dichos lugares. Desde ahí a esta parte, los rumores cada vez eran más exactos, señalando que los australianos volverían al ruedo de la mano de un disco que estaban grabando, y así es y seria. Power Up es el décimo séptimo trabajo de estudio de la banda, y si bien no es atrevido hacia algo nuevo, mantiene la formula clásica del conjunto.

Con una intro clásica del conjunto, comienza Realize, la cual es bastante similar a Thunderstruck, sin embargo, la estructura es bastante diferente de la mencionada. Adicionalmente, esta canción marcaria el segundo single del álbum y también uno de los momentos más altos del disco, ya que las guitarras son bastante dinámicas y se nota el trabajo de fondo que tuvieron Stevie y Angus en su grabación. La base rítmica y la voz de Johnson cumplen todas las expectativas.

Como este disco rememora grandes clásicos, no podíamos quedarnos sin Highway to Hell, a través de Rejection, canción en la que Johnson se apoya constantemente en su voz duplicada y los coros realizados por Williams y Young. Es una canción bastante plana, a pesar de tener el alma de los austriacos durante todas sus líneas, ya que, si no fuera por el solo correspondiente de Angus, jamás se rompería esta monotonía mencionada.

El primer single del disco, nos llega de la mano de Shot In The Dark, el cual se mueve por las líneas clásicas de la banda y con su riff nos rememora a Rock N’ Roll Train, teniendo una estructura mas menos similar al mencionado desde sus estrofas hasta sus coros. Es una canción que cumple con su objetivo y nos deja mas que claro que AC/DC sigue vigente y sus integrantes se sienten plenos.

El mejor tema del disco es Through The Mists Of Time, pero ¿Por qué? porque rompe el esquema clásico de la banda. Si bien es una canción que comienza con un riff y melodía discreto en su comienzo, poco a poco va agarrando fuerza a través de la voz de Johnson, quien ruge en los versos y en los coros, tal y como fuese con You Shook Me All Night Long, aunque, en esta ocasión, con una voz un tanto modificada que la hace sonar gangosa, sin embargo, este efecto colabora en entregarnos una canción pegajosa y entretenida. La base rítmica es sólida y no presenta fallas a través de sus melodías. Y ¡Si!, a ratos nos hace acordar a los grandes hits del cantante británico Rod Stewart, entregándonos frescura y renovación dentro de la cara A del disco.

Kick You When You're Down comienza con las voces experimentales y duplicadas de Johnson, hasta decantar en el riff principal y entregarnos una línea característica del Rock and Roll realizado por los australianos. Sin embargo, el tema se muestra mas experimental hacia el coro cambiando en parte la métrica a través de los Oh no. Lamentablemente, es un tema discreto y quedamos con la sensación de que pudiera haber sido mejor.

El término de la cara A del disco, nos llega con Witch's Spell, el cual nos muestra una batería plana que no presenta grandes cambios rítmicos, la cual se mueve a través de líneas melódicas en las guitarras de los Young. Nuevamente, tenemos el uso excesivo de la voz en reverb con los coros correspondientes. Si bien es mejor que su antecesora, nos plantea un final poco auspicioso para lo que seria un lado B desastroso.

El comienzo seco de Demon Fire, nos rememora al clásico Whola Lotta Rosie. Después de esto, vamos deambulando en la línea central de la guitarra que se mueve a la par con la voz de Johnson. Nuevamente, tenemos acordes distorsionados y secos por doquier, saltando de los cortes de la intro a la línea central de la guitarra y los acordes cañeros, siendo lo más interesante su sección intermedia y solo de guitarra (A contar del minuto 02:16), los que se repiten hacia el final acompañados de la voz y el resto de los instrumentos.

Bajo una línea base de Cliff Williams, que se va mezclando con las melodías y acordes de las guitarras conjuntas, se abre paso Wild Reputacion, la que acompañada con la voz grave y melódica de Johnson se fusiona con las segundas voces en el coro; con la repetición constante del nombre de la canción. Un solo en el sonido clásico de Angus y volvemos a la línea central del tema, en lo que debe ser el tema más rescatable del lado B del disco.

Nuevamente recordamos viejos clásicos de la banda con No Man’s Land, la cual tiene toda la inspiración de Hells Bells, sin embargo, lo realiza de una forma tan lenta y monótona que, a pesar de contar con una cadencia hipnótica, muestra poca energía y entrega siendo una canción plana de inicio a fin.

Una solitaria batería de Rudd va recibiendo el ataque de las guitarras de los Young’s en Systems Down, a los cuales se les incorpora Johnson con una voz rasgada y potente que se mueve a través de un ritmo monótono hasta llegar al coro donde la voz se acompaña de las segundas voces de Stevie Young y Cliff Williams, además de aplicar el efecto de eco para esta sección y en algunos pasajes de los versos. Una canción que pasa sin pena ni gloria.

El clásico pregunta y respuesta de las guitarras de los Young’s (En esta oportunidad con Stevie y Angus) marcan la pauta de Money Shot. El tema transcurre sin grandes cambios ni variaciones, manteniendo el sonido clásico de AC/DC, sin embargo, solo se vuelve enérgico y dinámico a partir del solo de Angus, aunque resulta ser demasiado tarde para una canción sumamente predecible que se pierde en el conjunto de 12 tracks.

Un comienzo similar a Back In Black se nos presenta con Code Red, el cual presenta una línea acelerada en la guitarra para decantar en un tema con un sonido sumamente ochentero al estilo de Def Leppard. Esto se vuelve tan similar, que tanto los versos como los coros, nos hacen recordar a las canciones de Elliot y compañía. Si bien representa un experimento dentro del sonido clásico de AC/DC, no corresponde al mejor final esperable para un lado B desastroso

En recientes palabras del mismo Angus, este disco seria grabado durante el año 2018 en Canadá, y no habría sido lanzado con anterioridad, producto de los problemas de la pandemia COVID-19 y otros motivos. Por ende, todas las canciones son de co-autoría tanto de Angus como de Malcolm Young. Si bien nos alegra que AC/DC se mantenga vigente a día de hoy, sinceramente, Power Up no será un material muy recordado dentro de la discografía de los australianos, ya que es evidente su falta de ideas y el uso excesivo del refrito de sus grandes éxitos. Quizás la pregunta sea ¿Se le puede pedir más a AC/DC habiéndolo hecho prácticamente todo?

“On a magic ride
Through the mists of time”

martes, 10 de noviembre de 2020

A Different Kind of Truth (2012) - Van Halen - Critica

 


Hace algunas semanas, desperté con la triste noticia de la muerte de Eddie Van Halen a la edad de 65 años producto de un cáncer a la garganta que lo aquejaba; y si bien era algo que podía ocurrir, producto de la adicción frenética al tabaco por parte del mismo; su partida deja una perdida invaluable en el mundo del Rock.

En el último tiempo, Van Halen se presentaba con cierta regularidad tocando sus grandes clásicos, siempre y cuando, la salud de los miembros de la banda pudiera mantenerlos de gira; aunque no mostraran nueva música desde A Different Kind of Truth del año 2012 que pasamos a reseñar.

En esta oportunidad, el disco en cuestión demoraría 14 años en gestarse desde el paupérrimo Van Halen III, teniendo por misión (quizás…) reivindicar el nombre de la banda de aquel mal recuerdo. Además, representaría la vuelta al conjunto californiano de su histórico vocalista David Lee Roth, que si bien venia trabajando desde 2007 con la banda, no había tenido la oportunidad de grabar nuevo material con la banda.

Sería la figura del nuevo bajista de la banda, Wolfgang Van Halen, hijo de Eddie y sobrino de Alex, quien determinaría la vuelta al estudio de la banda, ya que el mismo seria quien insistiría a su padre por grabar o reversionar canciones olvidadas. Wolfgang empezaría a revisar en el baúl de los recuerdos y a encontrar viejas canciones que no fueron consideradas en su ocasión, con la finalidad de que el nuevo Van Halen les diera una segunda vuelta y en base a eso pudiesen grabar nuevo material. De hecho, al menos 7 canciones del disco, corresponden a mezclas y fusiones de viejas canciones desechadas por el conjunto.

Ante todo esto, pensaríamos que las cosas irían de buena manera, sin embargo, el disco generaría una serie de divisiones entre los fanáticos, ya que algunos lo considerarían un regreso más que sorprendente y rescatable y otros cuestionarían su falta de creatividad (producto de las reversiones) y que su finalidad esta forzada por un deseo de mantenerse vigente y salir de gira; tal y como lo haría por ese mismo año Aerosmith con el cuestionable Music from Another Dimension!

Uno de los singles del disco, Tattoo, se presenta con las voces en eco de Lee Roth, repitiendo el nombre de la canción, para pasar a un fraseo lleno de notas con sustain y gain aportados de la mano de Eddie. Luego de esto, la voz de Lee Roth se mueve por la línea central en el bajo de Wolfgang, quien es apoyado por una batería discreta, que trata de no respetarle protagonismo a su sobrino. El coro es entretenido y repite frecuentemente el nombre de la canción como un efecto de loop en el oyente. Debe ser el tema mas comercial del disco, pero bajo este parámetro logra dejarnos una sensación agradable y satisfactoria.

El mejor tema del disco, y otrora single del mismo, esta representado por She’s The Woman, canción escrita originalmente en 1976, cuyos principales cambios están en la guitarra. Bajo un comienzo en base a una línea de bajo que se repite, mas unos fraseos sueltos de la guitarra, se mueve el riff principal con la cómoda voz de Lee Roth. Lee Roth es quien proyecta la mejor vibra a lo largo del tema, ya que se muestra comprometido y pleno en cada una de sus líneas vocales. Eddie realiza una labor excelente tanto en el riff principal como en su correspondiente solo. Sin embargo, lo más rescatable es el coro que nos rememora a los primeros Van Halen. Un buen recuerdo al pasado que deja la vara alta y nos deja con ganas de más.

Con ese sonido guitarrístico clásico de Aint Talkin' Bout Love, pero de manera más pasiva va apareciendo You and Your Blues con la voz de Lee Roth, a la cual se van incorporando, gradualmente, el resto de los instrumentos. La canción se mueve por unos versos tranquilos hasta explotar en los coros con la voz Lee Roth a tope, apoyada por los coros realizados por Wolfgang, quien resulta de gran ayuda para remarcar la sección intermedia y coro de la canción.

China Town comienza con un distorsionado solo de Eddie quien nos muestra su virtuosismo en la guitarra eléctrica y técnica de tapping, sin embargo, la pseuda calma dura un par de segundos, ya que a contar del minuto 0:13 explota en una canción agresiva donde la voz de Lee Roth se muestra grave y directa. Nuevamente, vemos a un Wolfgang que ayuda en las voces y coros, además de complementarse con las voces duplicadas de Lee Roth y con el bajo sonando con una crudeza digna de Motorhead. Puede parecer un tanto repetitiva a ratos, sin embargo, Alex le da dinamismo a través de sus redobles en la batería.

Con una distorsión acústica y un arpegio tranquilo comienza Blood and Fire, la cual de poco va agarrando fuerza hasta convertirse en una canción electrificada con el clásico sonido Van Halen. La voz de Lee Roth es discreta y suave subiendo sus tonos, solamente, en el coro con esos We came!… Si bien tiene cambios de rítmica para sus secciones intermedias, acompañada de un virtuoso solo de Eddie, no logra generar gran relevancia y recuerdo auditivo en el oyente.

Bullethead presenta un ritmo asesino y frenético, siendo una canción prácticamente heavy metal, la cual nos muestra a un Lee Roth inspirado y que se apoya, constantemente, en los coros para entregarnos energía. La guitarra de Eddie presenta buenos cortes distorsionados apoyados, principalmente, por los golpes agresivos de su hermano Alex en la batería. Eso sí, el solo de la guitarra eléctrica es bastante extraño y experimental. Un tema directo y a la vena.

Con los gritos de “One…Two…Three…Four” de Alex, al estilo de The Ramones, comienza As Is, la cual parte con unos redobles de batería acompañados por un riff industrial de Eddie. Todo esto termina al minuto 0:40, con el paso a un riff acelerado al estilo de Get Up, el cual se mueve por la voz de Lee Roth llevándonos a un coro que nos recuerda a Hot For Teacher. Una canción que evoca las grandes canciones del conjunto y nos sumerge en la nostalgia de los Van Halen más agresivos.

Los sonidos de la guitarra de Eddie, que emulan sonidos espaciales y extraterrestres, se mezclan con una voz en off hasta dar inicio a un riff agresivo que tiene un sonido bastante grunge en Honeybabysweetiedoll. La voz de Lee Roth, durante los versos, se mueve en virtud de este riff, y también se logra apreciar el uso de voces duplicadas. Sin embargo, es un tema experimental y que nos recuerda al tipo de canciones de Van Halen III, un pésimo recuerdo y nube negra dentro de la discografía del grupo.

El Rock moderno nos llega de la mano de The Trouble With Never, el cual a través de un riff dinámico se mueve por redobles de batería y la voz camaleónica de Lee Roth. Durante sus versos, la voz del mismo se muestra mesurada y, a ratos, se encuentra recitando la letra, hasta llegar al coro, que resulta ser lo más rescatable a través del uso de voces corales. Nuevamente, vemos el virtuosismo de Eddie, a través de un solo, que resulta ser demasiado extenso en su duración y no aporta mucho más que servir de nexo a una sección intermedia donde se aprecia a Lee Roth susurrar y susurrar.

La cosa mejora bastante con Outta Space, tema directo y sin tapujos que muestra un riff propio del sonido Van Halen, el que se mueve por un ritmo galopante y la voz enérgica de Lee Roth, quien nos presenta un coro apoyado en voces corales y cortes secos en la batería. Esta vez, tenemos un solo que cuenta con toda la esencia en calidad y duración de Eddie.

El Blues mezclado con el Rock N´ Roll, siempre han sido los favoritos indiscutidos de Lee Roth; comprobado a través de su material solista. Con una guitarra acústica y la rítmica señalada comienza Stay Frosty con la voz de Lee Roth como foco principal a través de un juego de palabras y sonoridades. A partir del minuto 1:10 comienza un ritmo electrificado basado en un clásico ritmo de Rock N Roll al estilo Elvis Presley que nos hace recordar al clásico cover de PoisonYour Mamma Don´t Dance”. Un tema que suena con frescura y soltura, mayoritariamente, por Lee Roth quien disfruta en su interpretación contagiando al resto de sus compañeros.

Big River tiene la esencia de She’s a Woman, ya que si bien parte con un fraseo acústico, automáticamente decanta en un riff electrizante y poderoso que se asemeja a la idea central del mencionado tema. Adicionalmente, posee un coro similar en donde se menciona el nombre del tema en cuestión. Una sección intermedia clásica con su correspondiente solo y vuelta al riff inicial para finalizar. Sin embargo, no logra superar en calidad e interés a su antecesora.

Con acordes con una gran ganancia en su amplificación, que pudieran romper el tímpano, se mueve Beats Workin', conjuntamente con el apodo de los redobles de batería, hasta caer en una sinfonía de melodías inentendibles y aceleradas. Luego de esto, se proyecta un riff interesante en la guitarra, pero en sus versos y coro baja la rítmica a algo más calmo y tranquila modificando este singular riff a un mero acompañamiento de notas aisladas. De todas formas, se rescata la sección instrumental a partir del minuto 3:00 donde aparece Wolfgang Van Halen haciendo la línea central que acompaña a los solos de su padre. Un final que deja con gusto a poco y que debió ser, según mi parecer más enérgico, donde hubieran calzado canciones como Bullethead, Outta Space o Stay Frosty.

Un trabajo que sin dudas marca un regreso, un tanto forzado, de los Van Halen y compañía por mantenerse a flote y no quedar en el olvido, sin embargo, se deben rescatar algunas canciones que conservan la esencia del sonido clásico de la banda. Aun así, jamás olvidaremos el eterno legado que deja la banda con trabajos memorables tanto en las voces de Lee Roth como Van Halen, Women and Children First o 1984 y la voz de Hagar como 5150, OU812 o Balance. Hasta siempre Eddie, tu legado en la guitarra eléctrica y la música es invaluable!!!

“She got a doorbell sign that said, bring it or don't ring it
She's the woman, she's the woman”


viernes, 2 de octubre de 2020

Whoosh! (2020) - Deep Purple - Critica

 


Deep Purple es de aquellas bandas históricas y legendarias dentro del mundo del Rock, ya que cuenta con más de 50 años de trayectoria y más de 20 discos editados a la fecha, y, sinceramente, quien nunca haya escuchado el riff de Smoke on the Water es porque le falta Rock.

Como no necesitan mayor carta de presentación, debido a su vasta trayectoria y popularidad, la cual cuenta con trabajos discográficos y canciones épicas, tampoco tienen mucho que demostrar. En este sentido, podríamos decir que a contar de la década de los 90´s, empezaron a editar discos más por gusto y mantener su vigencia, que por el deseo de marcar un precedente o hito musical.

Debo reconocer que el último trabajo que escuché de Deep Purple fue Now What?! (2013) y, si bien, encontré en él, una que otra, canción entretenida y dinámica, no significo mucho más que un disco a escuchar para pasar el rato y ver en que estaban metidos los ingleses. Posterior a esto, anunciarían su despedida con el disco Infinite (2017), el cual a día de hoy no me animo a escuchar, y el retiro “ficticio” culminaría con Whoosh!.

Si bien el disco estaba fijado para ser lanzado durante junio de este año, debido a la pandemia por el Covid 19, se tuvo que retrasar para el mes de agosto. Sin embargo, intuyo que gran parte del disco, se grabó durante el 2019; quedando el proceso de producción y masterización, realizado por Bob Ezrin, para el 2020.

El disco parte con la cadencia cortante de Throw My Bones a cargo de Morse, la que a través de los sonidos orquestales y melódicos en el teclado de Airey da comienzo a la voz de Gillan, la cual, en esta oportunidad, es enérgica y no suena tan desgastada hasta el coro, donde el propio debe apoyarse en las segundas voces para mantener sus notas. El tema es directo y tiene una sección instrumental bastante decente con Airey encabezando los teclados ambientales y un Morse inspirado, recordándonos, por momentos, a Blackmore. Un buen inicio para un viaje espacial…

Un riff cañero de Morse da inicio a Drop The Weapon, con una melodía progresiva en el teclado de Airey, la cual se ve interrumpida por la voz de Gillan que se mueve a través de versos tranquilos y mesurados que entregan un poco más de energía en su coro a través del uso del efecto vocoder al más puro estilo de Electric Light Orchestra. Además, la canción presenta una sección intermedia que está llena de redobles de batería, la que es la encargada de dar inicio a los solos respectivos. Sin embargo, no representa un tema destacable dentro del disco y sonido de la banda.

Algo más rockera que su antecesora se muestra We´re All the Same in The Dark, donde podemos ver a un Gillan más inspirado y metido en la canción. El tema muestra, nuevamente, un uso excesivo de las segundas voces sobre todo en sus secciones intermedias y los coros de la misma. Sin embargo, deambula por una métrica y ritmo bastante plano que te dejan pensando que es un tema discreto, que, si bien tiene el sonido más puro Purple, no muestra mucho que rescatar.

En Nothing at All me quiero detener un poco, porque si bien es un tema extraño y experimental, es sumamente agradable y festivo, ya que tiene un aire folclórico europeo. Más allá del trabajo realizado por la voz, bajo y batería, lo mas rescatable es la guitarra de Morse, la que nos muestra la melodía principal, conjuntamente, con su repetición en los teclados de Airey. Nothing at All, es un tema hermoso en su parte instrumental y melódica, la cual ni siquiera necesita de una voz para evocar sentimientos y emociones. Sin embargo, esta ultima tranquiliza y trata de darle otro color a la canción.

Con un comienzo parecido a Perfect Strangers, parte un riff ganchero que muestra la voz de Gillan con bastante efecto reverb para darle ese toque de profundidad. En las piezas que anteceden al coro tenemos las segundas voces que dan forma al coro que se mueve a través de este riff inicial. El solo de Morse es bastante virtuoso y el solo de Airey tiene ese teclado limpio poco usual en su sonido clásico hammond. No Need To Shout suena como una canción fresca y renovada.

Un teclado orquestal al más puro estilo de El Fantasma de la Opera, nos muestra Step by Step, que resulta ser un tema bastante extraño en donde los redobles y melodías secas en la batería reinan¸ con el protagonismo absoluto de Airey. De hecho, suena más a un tema de la carrera solista del mismo, con el acompañamiento de la banda. Un experimento en toda su línea.

Como una avalancha va iniciando What the What, un tema que tiene un aire rock and rollero y blues moviéndose por ese teclado limpio y seco; mezclándose a ratos con el sonido hammond. Además, el ánimo de toda la banda, en general, es de los mejores y todos entregan su mejor desempeño, donde se nota que lo están pasando bien y estos temas les acomodan un montón.

Una melodía veloz da paso a un riff galopante en The Long Way Round, un tema que se mantiene en esta constante y presenta cortes en el teclado y fraseos en la batería al finalizar sus versos. El tema a partir del minuto 1:30, comienza a romper la monotonía con sonoridades en el hammond y unos fraseos en la guitarra apoyados por la voz de Gillan, los que dan paso a los solos de Airey cargados al virtuosismo y los fraseos brillantes de Morse. A partir del minuto 3:30, cambia a un ritmo calmo, basado en el bajo y la batería como pilares, y suena como si fuese un tema totalmente distinto con un Gillan que, más que cantar, va recitando versos. Un tema interesante en cuanto a su estructura, que tiene momentos de monotonía y dinamismo a la par.

Nos introducimos en el laboratorio de experimentos con The Power Of The Moon, a través de una melodía melancólica y siniestra de Airey, la que se mueve bajo la voz con efecto vocoder de Gillan. Esta melodía en el teclado conduce la canción durante sus versos y solo se quiebra en el coro que se muestra poco enérgico y tiene un toque al sonido clásico del Rock moderno. Nuevamente, tenemos un tema donde Airey es el protagonista, dándole a la canción un aire a banda sonora de películas clásicas de terror como Frankenstein o Drácula.

Remission Possible es una sección intermedia e instrumental, sumamente breve, donde podemos oir el virtuosismo de Airey. A ratos se muestra agresiva y a otros tranquila, visualizando lo que debe vivir un astronauta a través de un viaje interespacial y le da paso a Man Alive.

Man Alive es el tema más representativo del concepto del disco, ese relacionado a la soledad y nostalgia que vive el hombre en el espacio, tan metafóricamente como lo haría Elton John con Rocket Man o David Bowie con Starman. De hecho, la canción parte bajo una atmosfera con una voz robótica que se mueve por melodías espaciales que buscan transportar al oyente a la sensación de soledad espacial apoyado en una melodía orquestal. Luego de esto, toma toda la garra Purple y muestra un riff pesado que se mueve por la voz duplicada de Gillan y el típico teclado hammond. En su parte intermedia, tiene una voz que narra un pasaje. Luego, volvemos al rifff pesado principal para culminar con la voz narrada.

And the Address es energética desde el comienzo con ese fraseo en la guitarra, acompañado por los teclados. De hecho, corresponde a una reversión del mismo tema grabado en 1968, por tanto, nos recuerda al sonido Purple más clásico encabezado por Blackmore y Lord. Sin embargo, quien más brilla es el inspiradísimo Ian Paice que pareciera que va a romper la batería a tanto redoble.

Con el uso de sintetizadores, que se mueven sobre una melodía ambiental un tanto macabra, tenemos Dancing in My Sleep, que muestra, nuevamente, a un Gillan con voces duplicadas, y se mueve dentro de sonoridades un tanto arabescas mezcladas con Rock. Los fraseos y cortes intermedios aportados por Morse son significativos y suenan pesados. Si bien la canción es dinámica y de lo mejorcito del disco, no representa un tema como para cerrar el mismo.

De acuerdo a entrevistas realizadas a la banda, este disco representa “un disco de rock para adultos mayores”, pero solo demuestra un sentimiento de hacer música de manera despreocupada y sin tantas presiones como tuviese la banda en el pasado. Ademas, demuestra ser un trabajo sincero que se hizo por amor y cariño a la música. Quizás no sea un disco que marque un antes y un después, ya que muestra un sonido Rock más bien liviano y no tan agresivo como cuando eran jóvenes, pero se agradece la honestidad y sinceridad en las canciones.

“I hear the future is so divine
But I'll just wait until I get a sign”

lunes, 31 de agosto de 2020

Speed Metal Symphony (1987) - Cacophony - Critica

 


A la temprana edad de 5 años, Jason Becker comenzaría a generar sus primeros acercamientos con la guitarra a través del impulso de su padre y su tío. Fue tal la obsesión de Jason, que se dedico a practicar hasta 10 horas al día para convertirse en el mejor guitarrista de la historia. A través de la deconstrucción de canciones y fraseos de Eric Clapton y Bob Dylan, principalmente, fue creando su amor por el Blues y el Rock hasta conocer a Yngwie Malmsteen, su ídolo en el metal neoclásico.

Como su virtuosismo se fue afianzando con el tiempo, y a través de su paso por diversas bandas, comenzaría a llamar la atención en la escena under de California por su rapidez y destreza en la guitarra. Otro virtuoso guitarrista de aquella época, Marty Friedman, quien ya comenzaba a tener y cimentar una carrera, escucho de los rumores que se hacían acerca de Becker y su manera de tocar.

Al conocerse, la magia y sincronía seria tan grande que formarían prontamente una amistad y una banda, llamada Cacophony, cuyo objetivo era llevar la guitarra como instrumento, fuera del margen de los limites establecidos. Sin embargo, y producto de la mala gestión de la misma, la banda solo lograría grabar dos trabajos y moverse solo en la escena under del speed metal neoclásico, llegando a realizar giras donde la banda no llego a ganar ningún dinero y viviendo penurias producto de lo mismo. Adicionalmente, Marrino nunca convenció a Becker y Friedman como el vocalista que buscaban, a pesar del trabajo del mismo en los álbumes mencionados.

Con un redoble de tambores de Atma Anur, se da comienzo a un riff asesino con Savage, que se va fusionando, a medida que avanza, con los fraseos sweep picking y shredding de Becker y Friedman. Luego de esto, un riff más galopante se encuentra con la voz distante y distorsionada de Marrino, quien, durante la canción, cumple simplemente y no brilla demasiado. Quizás lo más rescatable sea ese coro, que nos invitan a agitar la cabeza a través de su ritmo repetitivo y disfrutable. Sin duda, una idea mejor lograda que lo que sería X Ray Eyes de su predecesor Go Off!

Una muestra de ideas disonantes entre sí, que se muestran a través de la tecnica tapping en la guitarra, y el uso de una batería enfurecida dan forma a Where My Fortune Lies, tema que después toma un ritmo acelerado y frenético al más puro estilo thrash metal de los Metallica del Kill ´Em All. Quizás este tema podría ir perfectamente en el mencionado disco, ya que hasta la voz de Marrino y los instrumentistas se tratan de asemejar al sonido de Hetfield y compañía. Sin embargo, este tema tiene mucha menor calidad de lo que se espera de un thrash metal de los oriundos de San Francisco.

Con The Ninja tenemos uno de los puntos álgidos del disco. A través de un comienzo tranquilo donde las guitarras se complementan en un sentido perfecto, se presenta una guitarra solista con aires asiáticos hasta que todo se vuelve pesado y melancólico a través del fraseo principal. En esta lógica de la guitarra principal, con su correspondiente segunda voz acompañante, se muestra la voz de Marrino quien se mueve a través de un riff pesado y quien irrumpe esta tranquilidad. Las partes instrumentales de la canción son las más significativas y disfrutables, por sobre las vocales, y son estas las que dan sentido. Podríamos decir que The Ninja se asemeja al posterior Black Cat.

Con una guitarra solitaria y distorsionada, se muestra Concerto, tema instrumental que se mueve a través de fraseos shred en su comienzo, combinados con una sección rítmica sólida, que acompaña los fraseos hasta dar un corte. Luego de esto, adquiere un aire folclórico y festivo a través de melodías propias de pueblos escandinavos. La melodía principal se va repitiendo conforme avanza la canción, y con esto se van mostrando los diferentes dotes y solos de Jason y Marty, a través de su clásica competencia guitarrística por ver quien es más creativo y rápido.

Nuevamente, Burn the Ground se mueve por un riff pesado y una guitarra solitaria, que también tiene un carácter bastante thrash estilo Metallica y la verdad es un tema bastante aburrido, ya que los instrumentos van a destiempo y la voz de Marrino suena forzada y saturada. A pesar de que se le trate de dar relevancia al coro, el tema se hunde en un mar de ideas sin sentido.

Con un riff galopante y melodías speed metal se presenta Desert Island, un tema pesado que, con ese cambio de acordes distorsionado, nos muestra un Marrino mucho más inspirado y energético que en temas anteriores. Además de las estrofas, la canción cuenta con una sección intermedia hasta se muestra antes de llegar al tan esperado coro donde Marrino se las canta todas para lograr el resultado esperado por Friedman y Becker, quienes mantienen el ritmo y aparecen poco durante la canción. Cerca de la mitad tiene un cambio de ritmo interesante, a través de ese loop que utilizan las guitarras mientras se van mostrando pequeños fraseos, hasta desencadenar en el solo correspondiente. Un tema entretenido y dinámico a todas luces.

El tema más extenso y homónimo del disco, Speed Metal Symphony, se muestra con unos fraseos distantes hasta llegar a un riff determinante que muestra melodías inspiradas en obras clásicas de música docta o clásica. A medida que aparecen estos fraseos, la batería va haciendo cambios de ritmo y métrica radicales, los que se complementan con los riffs. Una canción instrumental que se mueve por una serie de temáticas y paisajes y presenta todo lo que es Cacophony en sí; una mezcla de melodías en guitarra eléctrica donde los límites, ciertamente, no existen.

Durante la grabación del disco, Marty Friedman, tuvo que improvisar en el bajo, por esto, es que no se menciona, ya que simplemente marca las tónicas y no tiene una gran notoriedad. Definitivamente Speed Metal Symphony es un trabajo mucho mas directo y sincero que Go Off!, que cobra mayor relevancia y sentido en sus secciones instrumentales, más que las cantadas. Si bien la producción de este es mucho menor que la de su sucesor, se siente más fresco y revitalizado en sus escuchas, ya que posee composiciones mucho más inspiradas y creativas.

“I´m on a desert island
In the middle of the sea”


martes, 18 de agosto de 2020

Couldn't Stand the Weather (1984) - Stevie Ray Vaughan - Critica

 


El vínculo entre Epic Records y Stevie Ray Vaughan seguiría cosechando éxitos. Atrás quedo la Fender Stratocaster y se le dio la bienvenida a la Hamilstone SRV, además de otorgarle a las canciones un carácter un tanto más comercial de lo que fue el primer intento, Texas Flood.

En esta oportunidad, tenemos una mayor producción en la grabación y el sonido de SRV, así como su participación y desplante en videos musicales, principalmente en Cold Shot y Couldn't Stand the Weather. En su primer trabajo discográfico, solo tendríamos el video de Love Struck Baby.

El disco comienza con la rápida y virtuosa Scuttle Buttin, la cual muestra el desplante en el mástil y la velocidad en los dedos del propio SRV. Un clásico del instrumental y un desafío para todo guitarrista seguidor de SRV. Una cadencia hipnótica que te atrapa en el primer instante y se mantiene sobre una base rítmica monótona, la cual permite que SRV brille con luces propias.

Los acordes bajo el efecto tremolo característico de Jimmie Vaughan, en conjunto con los fraseos de SRV con ese sonido fuzz y tube screamer, dan forma al tema homónimo del disco, que se mueve por una base bastante Funk con un uñeteo furioso de SRV, que se une con los acordes y aportes relajados de Jimmie. La base rítmica es sólida y resuena a través de los redobles de Layton y los bajos marcados de Shannon, quienes funcionan como complemento perfecto para SRV y su hermano. La familia Vaughan está más viva que nunca y vino para quedarse.

La cuota de Slow Blues nos llega con ese acorde aumentado, tocado cuerda por cuerda, que da inicio a The Things That I Used to Do. La voz de Vaughan suena rasposa y cruda como acostumbra utilizar para un blues de estas características, otorgándole una mayor emoción a través del uso del fast strumming. Adicionalmente, la incorporación de Jimmie Vaughan con ese sonido tremolo le otorga una mayor sutileza y sensibilidad a la canción.

La pasión y el fanatismo por Hendrix, así como el uso del pedal Wah Wah Vox, llega con Voodoo Child (Slight Return), la cual no se diferencia mucho de su versión original, ya que Vaughan la toca de manera minuciosa “nota por nota”. Sin embargo, la voz es claramente diferente del original producto que está en la tonalidad de Vaughan, siendo esto, quizás, el mayor atractivo que tenga esta versión. Como mención honrosa destacar la labor de Layton en la batería, quien presenta redobles y cambios de métrica interesantes, los cuales van jugando con los tiempos y volúmenes del tema.

Tin Pan Alley es una canción relajada y derechamente un Slow Blues, que se mueve a través de un sonido monótono en la caja por el que transcurren los fraseos de SRV; conjuntamente con el bajo que le otorga una mayor profundidad. Adicionalmente, representa el tema más extenso del disco, lo que puede convertirse en algo tedioso, ya que la voz de Vaughan también es delicada y somnolienta. Para quienes disfruten del Slow Blues será un verdadero manjar, sin embargo, para quienes les pueda aburrir este tipo de blues, le resultara un viaje al país de los sueños.

El palm mute característico de SRV en ese estilo Shuffle Blues, a través del efecto fuzz potenciado por el tube screamer, se muestra en Cold Shot, el cual presenta una voz tranquila de Vaughan, la cual se mueve por esos acordes cortantes y secos que le van dando forma y corte en la métrica. Una canción que sigue el patrón clásico de un blues de 12 compases, pero que tiene un carácter personal y único a través del sonido Vaughan.

Un turn around clásico de SRV y el redoble de tambores de Layton, marcan el comienzo en la voz de Vaughan con esos cortes en la batería y el bajo marcado de Shannon. Después de estos cortes cantados, se mueve a través de un ritmo Shuffle conocido y nos muestra solos bastante similares a Pride and Joy o I’m Cryin de su anterior trabajo. Sin ser una canción aburrida o tediosa, muestra poca originalidad en el texano.

El solo de batería del invitado Fran Christina marca el comienzo de Stang's Swang. En esta ocasión, tenemos un Vaughan que muestra melodías y acordes basados en el Jazz. A lo anterior, lo acompaña el swing de Christina, las melodías del saxofón del invitado Harrison y Shannon tocando el contrabajo. Si bien suena como una canción poco concordante con el resto del disco, se trata de un experimento instrumental de SRV por probar y tocar otros estilos saliendo de su zona de confort.

Como mencionamos en un párrafo anterior, este trabajo representa un avance y progreso en la producción y composición de SRV. Si bien no tiene tantas canciones emblemáticas como su debut, muestra a un Vaughan que se atreve para adaptarse y hacer propio otros estilos de música que no representan su zona de comodidad. Además, se atrevió a incorporar nuevos instrumentos y elementos en sus composiciones y experiencia en el estudio.

“Like a train that stops at every station,
We all deal with trials and tribulations”