miércoles, 8 de enero de 2020

Flesh & Blood (2019) - Whitesnake - Critica



¿Whitesnake tiene algo que demostrar a estas alturas? ¡No! La banda liderada por David Coverdale ha vivido diversos periodos de éxito y fracaso dentro de su extensa carrera que los han consolidado como una de las instituciones modelo del Hard Rock.

Si bien durante los años 70´s se produjo el proceso de crecimiento y maduración de la banda a través de algunos trabajos discográficos, como Trouble y Lovehunter, que los hicieron alcanzar cierta notoriedad, no sería hasta los años 80´s, que a través de trabajos como Ready An´ Willing, Slip Of The Tongue, Slite It In y el homónimo Whitesnake, harían alcanzar a la banda del éxito y reconocimiento que tanto tiempo atrás estaban buscando, periodo en que el Hard Rock vivía su máximo apogeo a través de bandas como Motley Crue, Guns and Roses, Bon Jovi, Skid Row, Europe, Van Halen y otras.

Sin embargo, como todo crecimiento y expansión natural en una banda, la ola que estaba arriba tuvo un drástico descenso; dejando bastante mal herido a Coverdale y compañía. Durante los años 90´s se viviría el proceso de consolidación del Grunge y las bandas de Rock perdieron toda notoriedad, por lo cual Coverdale fue, poco a poco, perdiendo a miembros de su banda, quedando únicamente con Adrian Vandenberg, su guitarrista por aquella época. Luego de este impase, se produjo la disolución de la Serpiente Blanca y con ello tuvieron que pasar varios años antes que Coverdale decidiera volver a rearmar la banda.

Seria durante el año 2008, cuando volvería a rearmar la banda para lanzar el disco Good to Be Bad, el cual representaría un nuevo despertar en la banda a través de un nuevo sonido basado en el Rock y el Pop, el cual estaría fuertemente inspirado en el nuevo sonido Rock explotado en la década del 2000 por bandas como Bon Jovi, Europe o Def Leppard.

Adicionalmente, demás está decir que Coverdale siempre se ha rodeado de excelentes músicos como Steve Vai, John Sykes, Doug Aldrich, Marco Mendoza, Rudy Sarzo, Jon Lord, Cozy Powell y Ian Paice. Por tanto, no es de extrañar que en esta nueva alineación haya músicos con bastante rodaje y carretera como Rob Beach (Winger), Joel Hoekstra (Night Ranger), Tommy Aldridge (Ozzy Osbourne), Michele Luppi (Vision Divine) y Michael Devin.

Flesh & Blood parte dando una patada en la cara con la agresiva Good To See You Again, la cual se desarrolla en un ritmo cañero y pegajoso que rememora a las joyas de este estilo de discos como Good To See You Again o Forevermore. Las guitarras eléctricas suenan de manera brutal y asesina moviéndose por sonoridades que recuerdan a bandas como Motley Crue o Van Halen, conduciendo la voz distorsionada de Coverdale, quien da catedra de su maestría en este tipo de temas que ya son sandia calada o frecuentes en los comienzos de sus materiales discográficos.

Gonna Be Right se mueve por ese ritmo y sonido con tintes arábicos o de medio oriente, entre lo electroacústico y electrificado, presentando un tema que abusa de la monotonía de su línea central transmitiendo poca emoción tanto en la voz de Coverdale como en la ejecución del resto de los instrumentos, mostrando a un Coverdale débil y distante en la participación de la canción, ya que suena más como un relleno que sirve para cumplir con la cuota mínima de temas por disco.

Shut Up And Kiss Me tiene un comienzo bastante parecido al sonido de Panama de Van Halen, el cual con el pasar de su duración va decantando en una canción enérgica con rítmicas clásicas del sonido de la Serpiente. Nuevamente, y al igual que al comienzo del disco, nos encontramos con un tema de fácil aprendizaje y enganche con coros participativos, siendo, quizás, de mejor factura que Good To See You Again, aunque sean de una línea melódica similar. Los solos y líneas de guitarra suenan más convincentes que en sus antecesores, demostrando que la banda agarra más fuerza conforme se escucha el disco.

Hey You (You Make Me Rock) suena en su comienzo muy parecida a Rocker de Def Leppard o Shot At The Devil de Motley Crue, para desenvolverse por un sonido muy post grunge al estilo de bandas como Stone Temple Pilots o Velvet Revolver. Si bien es un tema que funciona bien en vivo, debido a que genera participación del público en su coro mayoritariamente, no logra generar especial intereses en su servidor, ya que considero que suena como una canción repetitiva y esto hace que se pierda el interés completo del tema, el cual pasa a ser discreto, aunque correcto en su objetivo.

El sonido inicial que nos presenta Always & Forever, nos rememora al uso de guitarras dobles en temas como Ready An´ Willing del disco del mismo nombre o Guilty Of Love del Slide It In inspirados fuertemente en los sonidos clásicos de bandas como Thin Lizzy o Boston. El trabajo de  Beach y Hoekstra conduce prácticamente todo el tema y grafica de buena manera esos años de gloria de la Serpiente Blanca, en donde la voz limpia de Coverdale con su particular timbre y las guitarras duplicadas eran pan de cada día.

When I Think of You (Color Me Blue) nos rememora a esas baladas noventeras al estilo de canciones como I´ll Cry For You o Prisioners In Paradise de Europe. La canción representa un tema mucho más relajado y mesurado que sus antecesoras, en el cual se le nota comodidad y desplante a Coverdale para este tipo de canciones más románticas y emotivas. Si bien la base rítmica y los solos de guitarra tienen una gran factura, no termina de convencerme del todo debido a su semejanza con las canciones ya mencionadas en párrafos anteriores.

Trouble Is Your Middle Name, con ese comienzo en base a los sonidos de sirenas de la policía, se mueve como una canción con el sonido clásico de Whitesnake que representa otro golpe o patada en la cara, ya que es un tema directo y que va directo a la vena sin titubear en su ejecución, además tiene ritmos pegajosos con las guitarras eléctricas a tope y posee un coro de fácil recordar para el público.

Flesh & Blood, tema que da nombre al disco, es un tema bastante directo, ya que posee todas las medallas y sonoridades clásicas, de las cuales Whitesnake hace gala. Sin embargo, lo más destacado es la parte rítmica encabezada por el teclado de Luppi y la batería de Aldridge. Una canción sumamente discreta y que no aporta nada novedoso al álbum, ya que se mueve en un ritmo de guitarra bastante monótono y latero.

Well I Never presenta ese sonido moderno y actual del Hard Rock, explotado a principios de los 2000´s por otras bandas vinculadas al estilo, el cual posee una cadencia hipnótica y efectiva inspirada en sonidos de medio oriente, pero añadiéndole la distorsión correspondiente a un ritmo más constante y un coro que resulta correcto y de gran calidad.

Heart Of Stone tiene un aire más bluesero y deprimente que su antecesora y nos presenta unas guitarras mas lentas y crudas que conducen un tema que le acomoda a Coverdale, ya que tiene ese toque desgarrador y sufrido que tanto le gusta. El tema busca generar emoción y sensibilidad en el oyente. El tema representa un pasaje relajado dentro del disco, el que se queda solo en eso.

Get Up tiene un sonido mas acelerado que sus antecesoras y se mueve como un tren en plena marcha haciendo recordar a las canciones más clásicas de Mr Big como Alive and Kickin o Daddy, Brother, Lover, Little Boy (The Electric Drill Song), pero resulta efectiva y ganchera desde su primera escucha. Tiene sus tintes y melodías bastante bluseras y rockanrolleras producto de su velocidad y energía entregados. Debe representar uno de los puntos más altos del disco a través de sus guitarras con el uso del Wha y Wha y la voz explotando de Coverdale, sumándole a ello el aporte de la parte rítmica en los coros de la canción y el resto del desempeño de la misma.

After All es un tema acústico que hace recordar a la época más relajada de The Beatles, rememorando a la clásica Blackbird, sin embargo, esta canción tiene todas las credenciales y autenticidades de Whitesnake, lo cual lo hacen bastante único y diferente de lo que veníamos escuchando. La verdad representa uno de esos temas de fogata en la playa, que se disfruta en la voz de Coverdale y genera una tranquilidad de esas que generan recuerdo y nostalgia.

Sands Of Time, el tema que cierra el disco, presenta sonoridades en las guitarras eléctricas que hacen recordar a las tradicionales gaitas de la cultura europea, pero esto es solo al comienzo del tema mencionado, ya que, posteriormente, decanta en sonidos más arábicos y mesopotámicos, mostrándose un tema que resulta efectivo y dinámico, pero hasta cierto punto; ya que no representa el mejor final para un disco de Hard Rock, producto principalmente que la voz de Coverdale se encuentra con demasiados efectos, a esto debemos sumarle los efectos en las guitarras eléctricas, los cuales no terminan de convencer a su servidor para tener un final de disco memorable y recordable en el tiempo.

Flesh and Blood representa un nuevo intento y lujo de Coverdale en su basta carrera musical, quien, a sus casi 70 años, demuestra que aun mantiene viva la llama y energía de un quinceañero, el cual se encuentra en condiciones de componer música y salir de gira a nivel mundial. ¿Se le puede exigir algo más a Coverdale después de tantos trabajos discográficos? La verdad es difícil de responder a esa pregunta, pero lo cierto es que Flesh & Blood no significará ni un antes ni un después en el catálogo de la Serpiente Blanca. Sinceramente, me sorprende la escasa participación de Michelle Luppi, por sobre la del resto de sus compañeros, ya que, teniendo ese vozarrón y técnica en los teclados, pudo haber contribuido mucho más en los coros y ejecución de ciertos solos en las teclas. Bueno, como dice el dicho “donde hay capitán no manda marinero…”, por ende, quien determina las participaciones es el propio Coverdale. Lo considero un trabajo bastante discreto y que rememora, por momentos, a otras composiciones clásicas de la banda u otras bandas clásicas del Hard Rock. Pero en un estilo de música en donde se ha hecho casi todo ¿Qué mas se puede pedir o inventar?

“Trouble, Trouble, Trouble is The Middle Name”

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